Lentes de Contacto
Las lentes de contacto conocidas bajo el sobrenombre de lentillas, son una de las soluciones más accesibles para la corrección de defectos en la visión, y son también posiblemente la mejor alternativa a las gafas graduadas, en el caso de que no queramos utilizarlas.
Son muy recomendables y es necesario acudir a tu óptica de confianza para que te ofrezcan la mejor solución en cada caso y te expliquen cómo y cuándo deben usarse, algo de mucha relevancia, ya que no se puede abusar de ellas.
Qué son las lentillas
Las lentillas están consideradas un producto sanitario, por lo que deben cumplir muchos requisitos para poder usarse. El primero de todos es estar homologadas y realizadas con materiales homologados, compradas en un lugar habilitado para ello y por supuesto bajo una marca que las autorice.
Su uso es seguro si se cumple con las normas adecuadas, muy simples, pero de gran importancia como es el lavado de manos, la lubricación y limpieza de la lente en la solución y el uso dentro del tiempo adecuado, generalmente entre 8 y 9 horas al día, entre otros consejos que te explicarán en tu óptica de confianza.
Usar una lente de contacto más de este tiempo puede perjudicar al ojo, debido a que lo puede resecar más de la cuenta, lo que podría tener consecuencias negativas.
Tipos de Lentes de Contacto
Existen actualmente tres tipos de lentes de contacto en el mercado.
Las lentillas blandas, que están formadas entre un 40% y un 80% de agua, son las más usadas.
En segundo lugar están las lentillas rígidas permeables, conocidas como lentillas RGP, y que son más pequeñas que las lentes de contacto blandas. Se fabrican en un material más rígido, por lo que son menos flexibles, y por ende, menos cómodas. Sin embargo, son muy útiles para corregir el astigmatismo.
Por último, también están las lentillas duras, que se fabrican en un plástico de polimetracrilato y que cada vez más están siendo sustituidas por las lentillas blandas.
Lentillas de Colores
En las últimas décadas, sobre todo a partir de inicio de siglos se han comenzado a utilizar también las lentillas de colores, que se han convertido en una moda habitual en la vida cotidiana. Es decir, unas lentillas que además de corregir defectos de la visión cambian el color del iris, y permiten a las personas tener un color de ojos distinto, por ejemplo, azul, verde, rojo, o incluso de otros colores no habituales. Son igual de válidas, simplemente tienen que estar homologadas.